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Como demuestran las series de largo plazo, los activos inmobiliarios tienden a conservar o aumentar su valor a través del tiempo. No solamente son refugios y reservas de valor ante los ciclos económicos en baja, sino que no nos obligan a no gastar el dinero, por la iliquidez de su naturaleza. Una característica que parece ser negativa, es lo que hace del real estate una inversión sabia y que nos tranquilidad hacia el futuro.
En mi caso siempre invertí en real estate, en la manera y monto que me fue posible a través de los años.
Invertir en activos inmobiliarios no es necesariamente comprar una propiedad.
A una propiedad propia, se le puede hacer reformas que aumenten su valor, por ejemplo, una estrategia interesante en tiempos de crisis con los ahorros que supimos resguardar, aprovechando los bajos costos de construcción.
Como en cualquier familia, hubo momentos más difíciles y momentos más holgados, en los holgados trate de invertir lo que podía en mis propiedades, y pensando en cuanto valor real le agregaría. En general la ecuación me dio que, por cada dólar invertido, ese dólar se multiplicaba por 2 o 3 en el aumento marginal del precio del inmueble.
Si miramos para atrás y pensamos que hubiera pasado si nuestras familias conservasen el lugar donde nacieron nuestros abuelos, seguramente hoy valdría mucho más. Y el dinero obtenido de su venta posiblemente se transformó en gasto, que se esfumo en una generación. Una consecuencia típica de la inmigración a estos puntos cardinales fue la necesidad de casa propia. La inestabilidad de la vida del inmigrante, y seguramente su desarraigo, lo llevaron a ser los primeros inversores en propiedades horizontales.
A cada nivel los trabajadores incasables que construyeron nuestro país, soñaban con la casa propia, a pesar de un casi inexistente acceso al crédito. Si nuestros abuelos nos hablaran hoy, nos dirían que cuidemos nuestras propiedades y que solo las vendamos para reemplazarlas por otra, para tal vez sacarle más renta, pero seguro nadie aprobaría que se gaste ese dinero en gastos corrientes.
Vivimos en un momento difícil, pero quien pudo llegar a la casa propia, sabe que eso no se lo saca nadie. Que cuando vuelvan las buenas épocas tomemos decisiones parecidas a nuestros antepasados.
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La inversión conlleva riesgos, incluida la pérdida de capital y la falta de liquidez. Lee nuestra Advertencia de Riesgo antes de invertir.